La numerología es un método de adivinación que relaciona al ser humano directamente con los
números. En esa relación influyen, además, el mundo espiritual y la naturaleza. Como parte de las
ciencias ocultas,
la numerología es considerada por muchos científicos una pseudociencia, apoyada firmemente por los
primeros matemáticos.
Esta rama de las ciencias ocultas, poco extendida en la actualidad, pretendía
estudiar la llamada «vibración numérica» de los planetas, lo que en el año 530 a. C. Pitágoras
llamó la «música de las esferas». Esta antigua teoría del filósofo griego se basa en la
creencia de que el universo cuenta con proporciones numéricas armoniosas, mientras que los
movimientos de los planetas se regirían según proporciones musicales. Esta idea da origen a una de
las escuelas de numerología, la pitagórica.
Además de ésta, existen tres escuelas numerológicas más: La
caldea, cuyas raíces se hallan en la antigua Babilonia, y que utiliza el sistema octal en
lugar del decimal; la china, que da a los números significados diferentes a los que otorgan
el resto de escuelas; y la cabalística, basada en el pensamiento esotérico del
judaísmo.
La numerología otorga a cada persona su propio número, considerando cada uno de
ellos como lo más perfecto del ser humano. Éste es el resultante de la suma de todas las cifras de
su fecha de nacimiento, simplificando el resultado hasta que el número se encuentre entre el 1 y el
9. Así, una persona nacida el 28 de julio de 1991, seguiría el siguiente proceso:
2+8+7+1+9+9+1 = 37
Al ser un número mayor de 9, se simplificaría de nuevo:
3+7 = 10
1+0 = 1
En este caso, el número resultante sería el 1.
No obstante, también se puede asignar un número a una persona según las letras
de su nombre o sólo con su fecha de cumpleaños, con el año que se prefiera, para hacer una
predicción sobre ese año en concreto.
Cada uno de estos números del 1 al 9 funcionaría como los diferentes signos del
zodiaco, conteniendo cada uno de ellos unas características y una personalidad distinta. Así, el
número 2 designa a personas empáticas, amables, tímidas y sinceras; mientras que el 7 sería el
número de los perfeccionistas, solitarios y sarcásticos. También, a cada número se le relaciona con
otros números compatibles. De esta manera, las personas cuyo número es el 1 serían compatibles con
aquellos cuyo número es el 2 o el 5, mientras que los que tengan el 8, lo serían con el 4 y con el
9.
Algunos de los seguidores de este arte adivinatorio creen que la
numerología
no sólo nos define con nuestra personalidad. Ese número propio que todos tenemos nos daría, además,
una misión especial. Según los numerólogos, no podríamos alcanzar la paz interior sin haber
cumplido con esa misión, que es, esencialmente, la razón de por qué hemos venido al mundo.
Por ejemplo, según la psicóloga y numeróloga Nadir Otermin Hamed, aquellos que
poseen el número 3 tendrían como misión ver las cosas de forma más positiva, desarrollando su
creatividad y la confianza en sí mismos, ampliando su círculo de amistades y disfrutando de los
pequeños detalles de la vida. Nadir ofrece, además, una breve lista de las profesiones que debería
realizar cada persona según su número. Así, los del número 9 deberían ser pedagogos, escritores,
abogados de sindicatos, comunicadores o educadores.