Antes de nada, debemos saber que clarividencia y telepatía no son lo mismo. Mientras que la
telepatía consiste en leer la mente de una persona con el fin de adquirir un conocimiento suyo, por
su lado, la clarividencia no obtiene una información en sí, sino una imagen o un conjunto de
imágenes del pasado de la persona. A partir de esta visión, la
clarividencia
llevaría a la predicción del futuro o a la adivinación de un acontecimiento que está sucediendo en
otro lugar. No sólo eso, otra diferencia se encuentra en el método de lectura. La telepatía es la
transferencia directa de la información de la mente de un individuo a otro; sin embargo, en la
clarividencia se hace uso de un objeto como canal de transmisión.
Clarividencia viene del francés, clair(transparente) y voyant
(vidente). Esta capacidad se considera una rama más dentro de las
ciencias ocultas
y se basa en la percepción extrasensorial. Es decir, la habilidad de obtener visiones, futuras o
presentes, se sucedería más allá de los sentidos, y no puede ser explicada con las leyes
físicas.
Se trata de un método de adivinación especialmente rechazado por las
ciencias naturales, considerándose que es científicamente imposible el obtener una visión, pasada o
futura, de la mente de un individuo. No obstante, llega a ser explorada por la parapsicología, que
entiende la clarividencia como el transferir una información oculta con la ayuda de un
vidente.
Es, también, algo muy subjetivo, ya que cada visión depende de la persona. Esto
es, que la interpretación de las diferentes visiones debe tener en cuenta qué es importante
para el individuo, si lo que se está observando son sus sueños, sus inquietudes, o simplemente una
imagen que lo representa. El clarividente supone que para realizar su trabajo, se debe ver
con el llamado «tercer ojo», el «ojo interno» o con la vista espiritual. Sólo teniendo en
consideración que debemos ver más allá del plano físico, podemos tener la mente preparada para este
arte adivinatorio.
La clarividencia toma las normas del Karma, entre otras nociones. A grandes
rasgos, las leyes del karma, basadas en la idea de causa y efecto, nos dicen que nuestras
acciones tendrán sus efectos. Es con esto presente con lo que el clarividente se adentra en la
mente de la persona, analizando sus actos, para así determinar y ser capaz de interpretar los
fenómenos futuros.
Esta rama de la adivinación ha llegado a tomar el nombre de «sexto
sentido», al tratarse de una visión más allá de la vida física. Charles Webster Leadbeater,
miembro de la Sociedad Teosófica —fundada en 1875—, definía la clarividencia como «la habilidad de
ver lo oculto más allá de la física ordinaria». Aunque ha estado presente a lo largo de la
historia, se hizo especialmente conocida en el final del siglo XIX, con el auge del
espiritismo.
Se dice que la mayoría de los clarividentes lo son tras haber pasado por una
experiencia cercana a la muerte: un accidente, una enfermedad muy grave, un fuerte golpe en
la cabeza, etc. Otros, lo son al llegar a cierto estado causado por estimulantes, algo
desaconsejado, ya que la información que se obtiene en este estado puede ser una simple
alucinación.
Lo importante en la clarividencia es crear el perfecto ambiente de relajación y
meditación, consiguiendo la situación ideal para poder utilizar el «tercer ojo». Lo fundamental es,
también, tener una imaginación y una mente despierta, preparada para la interpretación, y una
fuerte intuición, que nos ayudará a encontrar el verdadero significado en las visiones.