La brujería es considerada en muchas ocasiones sinónimo de hechicería y de magia. Se trata
de un conjunto de prácticas que utiliza los poderes ocultos del ser humano, creando un vínculo con
los poderes de la naturaleza, para conseguir un determinado efecto.
Generalmente, se relaciona la brujería con la llamada magia negra.
Mientras la magia blanca se utiliza para la curación y la protección, la magia negra incluiría los
maleficios, los hechizos negativos, la metamorfosis y las maldiciones.
Sus orígenes son inciertos, aunque algunos escritos antiguos, entre los cuales
se encuentra la Biblia, se recoge que ya existía en Egipto y en la antigua Mesopotamia. Ya en la
época clásica se habla de hechiceras y brujas que realizaban conjuros maléficos.
Mujeres capaces de seducir a los hombres, crear enfermedades o generar desastres naturales. Una de
las brujas más famosas es Circe, que transformaba en animales a sus enemigos.
Las prácticas de brujería varían según el brujo y según lo que se quiera
conseguir. Sin embargo, hay unas ciertas características comunes:
- El embrujo se hace a través de la realización de un ritual, por muy breve que
sea.
- Se ha de pronunciar el nombre de un hechizo.
- Se utilizan determinados «ingredientes», hierbas y sustancias para realizar el
ritual. Esto se ve en la mayoría de obras de ficción: La típica imagen de la bruja y el
caldero.
La brujería ha sido y es relacionada con las sectas, el ocultismo y el
paganismo. Aquí se incluye la Wicca, la religión neopagana que utiliza el llamado Libro
de las sombras. Éste es parecido a un diario, en el cual se recogen diferentes hechizos,
rituales, recetas y trabajos de los distintos practicantes.
Su ritual más conocido es el llamado aquelarre, un encuentro de brujos,
que se realiza durante la noche, y en el cual, se dice, se presenta el propio Satán. También
llamado Sabbat, se hizo muy popular a finales de la Edad Media y hasta el siglo XVIII. Las etapas
del aquelarre son, según el antropólogo Carmelo Lisón Tolosana, cuatro: la convocatoria, el
homenaje al demonio, la misa negra y la orgía y el banquete (durante el cual, supuestamente, los
brujos se alimentaban de cadáveres de compañeros fallecidos, o de las víctimas de sus
maleficios).
Este ritual terminaría al amanecer, con el canto del gallo o con el sonido de
las campanas de la iglesia. El «broche final» del aquelarre es entregar como ofrenda al demonio los
corazones de los cadáveres presentados para el banquete.
El símbolo de la brujería es el pentagrama, que representa el equilibrio
entre los cinco elementos: El fuego, el aire, la tierra, el agua y el espíritu. En el satanismo se
utiliza el pentagrama invertido, lo que llevó a los cristianos a tachar de satánicos a todos
aquellos que practicaban la brujería. También es cierto que todo aquel que renegaba de la fe de la
Iglesia era considerado brujo o bruja, y castigado por ello.
La práctica de la brujería sigue siendo rechazada por los Padres de la Iglesia,
no por considerarse un fraude o una mentira, sino por ser, para el catolicismo, una abominación, un
pacto con los «malos espíritus» y los demonios, algo que las Sagradas Escrituras rechazan ya en el
Antiguo Testamento.
Es precisamente por las ideas y advertencias transmitidas por la Iglesia, que al
pensar en el concepto de
brujería,
lo que nos viene a la cabeza es la figura de la mujer. Antes de que interviniera la doctrina
católica, se consideraba que el hombre era el único lo suficientemente capaz de realizar las
prácticas de hechicería o adivinación. Con el cristianismo, se pasó al pensamiento de que sólo la
mujer podía realizar esos maleficios.
En la actualidad, la brujería ha llegado a ser todo un género en la literatura
juvenil, marcado sobre todo por el éxito de la saga Harry Potter o La Guerra de las Brujas (más
asemejada a la idea original de brujería). En el cine español, encontramos la película cómica Las
Brujas de Zugarramurdi, que, en realidad, es el nombre de uno de los casos más famosos de brujería
en España.
La bruja es, además, un personaje que poco temor causa ya en los más pequeños.
Con la festividad de origen celta del
Halloween,
son muchas las niñas que eligen el disfraz de bruja para la celebración. Incluso encontramos la
cara amable de este personaje en películas y series como Sabrina, Oz, un mundo de
fantasía o Bewitched.
Hoy en día también podemos encontrar numerosas páginas webs sobre esta temática.
La mayoría se limita a exponer la teoría: Tipos de brujería y hechizos, rituales, historia de la
brujería, etc.; en algunas de ellas, no obstante, se realizan hechizos y conjuros de manera
gratuita, incluso nos dan las claves para poder realizar nosotros mismos algunos rituales para
encontrar el amor, ganar dinero o conseguir un trabajo, entre otras posibilidades. Es más, cuenta
con su propia sección en la página de WikiHow, para saber cómo hacer brujería.